Soñé contigo - Día de las madres

Tenía ya un rato que no escribía nada, esta entrada, traté de prepararla con bastante tiempo, sin embargo, la vida godín y los quehaceres del día a día hicieron que se atrasara un poco más de lo normal.

Aunque no es una historia como las demás, quería compartir un sueño que en particular, se sintió como si lo estuviera viviendo realmente. Lo quería postear justo el 10 de mayo, ya que tiene que ver todo con el ser madre y a la vez, porque quería dedicarlo a todas las mujeres que forman parte de mi vida que sé que han pasado por esto o están a punto de serlo.

Llegué a ese punto de la vida, en el que me hice consciente que a donde fuera que volteara, me encontraba con una vecina embarazada, con la amiga que de sorpresa me contó que iba a ser mamá, esa compañera de la oficina que estaba a un mes de tener a su bebé...todo el mundo a mi alrededor, ya había llegado a ese punto. Quizá se mezcló un poco con ese profundo deseo de pertenecer a ese clan, de querer llegar a esa etapa de la vida, de ver cumplido un anhelado sueño y ¡vaya!, sí que se convirtió en eso, un sueño.

No sé si les ha pasado que despiertan abruptamente y lo único que quieres es volver a regresar a ese sueño, cierran fuertemente los ojos, se tapan la cara y solo se dicen a sí mismas: "duérmete, duérmete...". Lo que soñé se sentía tan real, tan bonito, que mi mente quería regresar y no despertar, para volver a ver, sentir, oler lo que en mi sueño vivía.

Ese día soñé contigo, soñé que tenía tu carita redonda y suave entre mis manos. Soñé con una dulce sonrisa, inocente, tranquila. De esas que ves, y te hacen sonreír en automático.

Soñé con esos ojos únicos, ese color que con el sol suelen tornarse más claros, me atrevería a decir, que los vi verdes. Quizá, solo eran color miel, parecido a los de tu madre pero pispiretos y con pestañas chinas. Pensé, ¡qué bellos ojos, hipnotizan a cualquiera!

Soñé con tu suave cabello, era muy suave. Cuando entrelace mis dedos sobre el, era tan fino y delgado, era muy poco y casi podía ver tu cabecita rosada, como los viejitos cuando ya se están quedando calvos. Todavía no lo aseguro pero creo que será ondulado y castaño obscuro. ¡Qué guapo! fue lo único que pude decirte.

Soñé contigo y la ternura inundó mi corazón. Te amo.

Desperté y no pude volver a dormirme, te tuve todo el tiempo en mi mente. Te soñé y quisiera volver a dormir para verte otra vez. Te soñé y aunque todavía no estés presente, moriría por verte entre mis brazos y poder darte un beso en esa mejillas rosadas. Oler esa suave cabecita. Ver esos ojos hermosos y sonreír contigo.

Hace tiempo que no tenía un sueño tan lúcido, tan real. Un sueño de esos que anhelas se vuelvan realidad. ¿Alguna vez te ha pasado algo así?